Historia
Antiguamente la gasolina se vendía en un punto específico y los sitios se identificaban porque había un «surtidor», normalmente junto a algún comercio.
Hacia el año 1950, Joan Ortoll Sardà, hizo tratos con CAMPSA para poder disponer de la concesión de un surtidor de gasolina en la playa de Calafell.
La ubicó delante de su casa, al lado del mar, donde la familia regentaba una pescadería, y que más tarde pasó a ser la charcutería Embutidos Ortoll, en el Paseo Marítimo número 35 de Calafell.
Delante había y aún está el Pósito de pescadores, donde llegaban las barcas cargadas de pescado y se hacía la subasta.
El surtidor era el lugar ideal para que los marineros y pescadores que necesitaban gasolina para ir «en luz» fueran a reponer con bidones o en latas de 2,5 o 10 litros al «Poste» o en la «bomba», tal como lo decían la gente de mar.
Aquel surtidor también suministraba gasolina a las motocicletas y los pocos vehículos que circulaban por Calafell aquellos años.
Cuando hacia los años 60 o 70 las barcas grandes marcharon hacia el puerto de Vilanova o de Tarragona, se trasladó el surtidor de gasolina en el Paseo de la Unión, entre el pueblo y la playa de Calafell.
Se hizo cargo su hijo Joan Ortoll Tetas, y como buen emprendedor, abrió nuevos objetivos y horizontes, que además de dar servicio a las barcas que lo necesitaban, también lo hizo en los tractores y maquinarias de labranza, además de motocicletas, coches, camiones furgonetas y autocares.
Fue al cabo de varios años, entre los años 80 y 90, debido a todos los avances en la automoción y la crecida de la población calafellense, que aquel pequeño surtidor fue creciendo para dar respuesta a los nuevos tiempos.
Cambiaron de CAMPSA a CEPSA y aquella pequeña gasolinera se fue agrandando hasta llegar a ser lo que es hoy: una estación de Servicio, que lleva el nombre de de Estación de Servicio Camino de Mar, que sigue teniendo la finalidad de atender desde la proximidad a todos sus clientes y clientas, para darles a ellos el mejor servicio.